miércoles, 10 de octubre de 2012

Crossroads. Sentinel. (cap. 2)


— ¡¡Ocho!! ¡¡Contesta ocho!!

La voz de Goldfield transmitía los nervios y el miedo que todo el equipo del Centinela tenía ahora mismo. Frente a las pantallas de la base Fedora y Szilard aguardaban en silencio escuchar alguna respuesta de Sanders, pero este, desde hacía unos minutos, había desaparecido del sistema de rastreo.

— Oh dioses. ¿Y si... y si está muerto? —aunque no quisiera mostrar fragilidad, Fedora no dejaba de ser el miembro más joven del equipo del Centinela, y pese a estar siempre en la base vigilando los movimientos de quien estuviera vistiendo el Manto en ese momento y apoyándole como hácker, estos momentos hacían temer lo peor a la chica.
— Tranquila hija, ya verás cómo todo está bien. —Szilard por su parte, no se sabe bien si por estar ahí desde antes que cualquiera de ellos, o por su edad, era siempre un ancla de tranquilidad para el equipo. Sabía reaccionar con calma ante las situaciones por muy complicadas que fueran.— Seguramente algo haya interferido en el emisor del casco y no pase nada más.
— Pero... ¿y si pasa? —Fedora no aguantó más las lágrimas.

Goldfield, apoyado sobre la consola de datos tenía la cabeza agachada, los ojos cerrados e inconscientemente los puños apretados. Intentaba pensar con claridad, pero se sentía responsable de lo sucedido, demasiado... "Maldición, si no hubiera ido a buscarle. Si hubiera parado, ahora podría seguir vivo". Szilard se dio cuenta de esto y se acercó a aquel que vistiera el Manto hace años.

— Venga, amigo. No puedes culparte por esto.
 Sí lo hago. Por mi culpa Och... Troy, puede estar muerto.
— Tú, mejor que nadie, debería saber que cuando sales ahí fuera puede pasar cualquier cosa. ¿Cuántas veces no pensamos que habías muerto? ¿No recuerdas el encontronazo con Hamelin, cuando pensamos que habías muerto en el derrumbe de los túneles?

Goldfield aflojó la fuerza que hacía en los puños, levantó la cabeza y se quedó mirando al anciano amigo que tantas veces había cuidado de él. Con la mano derecha recogió el bastón que descansaba sobre la consola y se dio media vuelta mirando a Fedora.

— Activa el protocolo "Hermano Ojo", quiero una visual completa de la ciudad. Si Gorila no ha sido vencido le daremos caza, buscaremos a Troy y terminaremos todo esto. Tenemos unos niños que encontrar y Justicia que repartir.

La joven sonrió, se secó las lágrimas con el dorso de las manos y tomó su ordenador portátil.

— Ahora mismo G. Introduzco la secuencia de activación, "Hermano Ojo" se activará en 2 minutos.
— Bien, es hora de que volvamos a tener el control de todo esto. Llama también a Móvil, quiero que vayan inmediatamente al almacén.

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